jueves, 31 de agosto de 2017

DESPARASITACIÓN INTERNA

En julio de 2016 cambió la normativa en Castilla y León sobre identificación de animales de compañía, vacunación antirrábica y desparasitación equinocócica.

Desde entonces, la desparasitación contra Equinococcus granulosus es obligatoria en perros de más de tres meses de edad, y se debe realizar mediante la administración de un antihelmíntico farmacológicamente activo y oficialmente autorizado. El tratamiento tendrá una periodicidad mínima de 6 meses, siendo recomendable la desparasitación trimestral. La realización de la desparasitación deberá quedar reflejada en la sección correspondiente del pasaporte del animal.




Los equinococos (Echinococcus) son pequeños gusanos planos que tienen el cuerpo dividido en segmentos y viven en el intestino delgado de perros, gatos y zorros. Estos animales actúan como los hospedadores definitivos de los gusanos adultos, y los síntomas clínicos que presentan son normalmente leves, por lo que el diagnóstico resulta difícil: un perro podría estar infestado (siendo una potencial fuente de contagio) y no darnos cuenta. Por este motivo es tan importante la prevención.

Los animales infestados pueden contagiar a otros animales (hospedadores intermedios o accidentales) entre los que se incluyen las personas, por lo cual este parásito constituye un importante problema de salud pública.





Los Echinococcus granulosus adultos habitan en el intestino delgado de los hospedadores definitivos: perros domésticos, otros cánidos, y gatos. Poseen una cabeza (escólex) con la que se anclan a la pared del intestino del “huésped final”, mientras que el cuerpo queda suelto en el intestino. Los huevos se forman en los últimos segmentos del cuerpo del gusano, que se desprenden y son expulsados con las heces del animal parasitado. Los huevos de estos parásitos son la forma infectiva para los hospedadores intermediarios (mamíferos herbívoros u omnívoros) y el humano (hospedador accidental). Los huevos son infecciosos inmediatamente y pueden ser ingeridos por un “huésped intermedio”. Este “huésped intermedio” es específico de cada tipo de equinococo, pero normalmente es un rumiante. La tenia puede infectar diversos órganos y tejidos del huésped intermedio (p. ej., el hígado). Cuando estos órganos infectados son ingeridos por un perro o un gato, por ejemplo al devorar restos de animales muertos, la tenia comienza a desarrollarse en el animal, alcanza la madurez y comienza a excretar huevos en las heces del animal. De esa forma se completa el ciclo de vida de la tenia.


La mayor preocupación relacionada con estos gusanos es que las personas pueden actuar como huéspedes intermedios al infectarse a través de los huevos excretados por los perros o con menor frecuencia, por los gatos. En las personas, estos parásitos causan una grave infección que puede ser mortal: la hidatidosis.


Los parásitos pueden provocar graves problemas de salud en animales y personas, por eso es fundamental que desparasitemos de manera periódica a los miembros peludos de nuestras familias.



V20A


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